6 de enero - Familia - Especiales







Hace un poco más de 17 años, llegó a Fuerteventura un niño que casi no sale de dentro del vientre. Fue llamado David y, aunque no lo crean, no arruinó las navidades de su madre, ella fue más feliz que nunca. Mientras tanto, en la casa de la familia del padre, se producía el revuelo por la noticia… Era el primer nieto para los abuelos y el primer sobrino para sus tías.

Este chiquinajo se crió en esta casa mientras su madre trabajaba como nunca (pese a su mala situación en el trabajo) para sacar adelante a su tan querida creación. En los primeros años, toda la atención de la familia se centraba en el niño: le enseñaron a hablar, a andar, a disfrutar de la música, a esperar durante horas en tiendas mientras sus tías compraban y compraban, a comer sin rechistar y, básicamente, a ser feliz en una familia que también lo era.

Más adelante, tras varios momentos inolvidables con el bebé David que serían imposibles de resumir aquí, pero de las cuales hoy en día siguen recordando la de la cuchara vacía y la gula del chiquillo, apareció en su vida su primo Juanjo, cuatro años mayor que él. Éste no era un primo en realidad, era su mejor amigo y su primer hermano, de hecho, a día de hoy sigue siendo todo esto y más. Con él vivió los mejores momentos de su infancia, infancia que nunca cambiaría por nada del mundo. Son almas gemelas y le quiere, en ocasiones, más que a sí mismo.

Ya eran dos “peques” en la familia, y cada fin de semana se basaba en la relación entre los dos: eran inseparables.

Pasaron meses y nació Ricardo, otro hermano más para el gordi, pero que no se encontraba junto a todos, ya que vivía lejos. David, para ser sincero, se dio cuenta de lo mucho que le quería varios años después y ahora mismo si siente que tiene a ese hermano cerca, aunque no lo esté realmente.

La vida siguió, todo igual hasta varios años después, cuando nació Edu, un niño no muy guapo que digamos, pero si graciosillo: parecía un duendecillo. Vivió junto a sus abuelos y tías durante bastante tiempo y todos le querían muchísimo (pese a ser un trasto). David le quiso mucho siempre, hoy lo sigue haciendo y cree que lo hará siempre, porque para él será siempre su hermano pequeño.

Al poco tiempo, apareció en la familia un extranjero. A él nadie lo esperaba, era el novio de la tía Nuria y, sin tan siquiera darles tiempo a hacerse a ello se casaron. Fue una gran celebración y lo pasaron en grande. Desde un principio, para David, este argentino de nombre Román tuvo algo especial y le cogió un cariño muy grande en poco tiempo.

En breve, Nuria y Román tuvieron a Marcos, para David, el niño más bonito que puede existir en el mundo y después a Jimena, la marimandona de la casa y sin embargo a la que todos miran con amor.

Hace un año y medio la Guardia Civil irrumpió en casa, pero no es lo que parece ser: irrumpió en la vida de la tía Leticia. David ya era grandecito y le dio el visto bueno a su tía, diciéndole que no debía de perder a ese diamante que había conseguido, y es que son la pareja perfecta. El destino les ha separado, triste pero cierto, sin embargo Leticia, aunque triste por esto, tiene la excusa perfecta para salir de la isla una vez al mes y ver a su “churri”. Ahora la familia solo espera impaciente la noticia que diga que Iván el Guardia vuelva a casa aunque no sea por Navidad.

Hay que hacer una pausa en la historia, porque falta hablar sobre las cuatro diosas de la familia para David, sus divas, sus pilares y sus queridísimas mujeres, a las que más querrá nunca.

Nuria: causante de darle a David un pisco de paciencia, de la cual ella tiene mucha. Su tía más derrochadora y a la que admira, pero en secreto, ya que Nuri no es mucho de demostrar el cariño. Él la adora con toda su alma porque es la que le ha hecho ver la vida desde otro punto de vista pese a no hablar mucho. Aguanta todo lo que le venga y sus silencios hablan por sí solos, que eso es lo que la hace se única e imprescindible en la vida de David.

Leticia: causante de los gustos de David en varios asuntos y de enseñarle lo importante que es ser uno mismo en todo momento. Innumerables noches juntos viendo la tele y cenando, teniendo como única compañía el uno al otro y el otro al uno. Han reído muchísimo en situaciones como el video a la abuela enseñando el culo y también se han puesto más serios hablando de los problemas que han habido en sus vidas como si de una sesión de psicología se tratara. David también la adora y, cómo no, para él ella también es gran parte de su corazón.

Trina: es la abuela de David y a ella no se la podría definir con palabras. Tienes que conocerla para saber lo importante que puede llegar a ser esa mujer en la vida de alguien. Es una madre y una abuela que lo da todo por los suyos y gracias a ella cada día la casa está limpia y la comida está hecha. Les da todas las facilidades del mundo, es amañada y, más que nada, es la mejor abuela del mundo para David. Él a ella le debe muchas cosas y la única manera de agradecérselo es haciéndola feliz con su presencia. Se merece todo el cariño del mundo y más.

Ely: ¡Oh, Ely! ¡Qué madre! Ella sí que es importante para David, es toda su vida. Discuten a menudo, pero él la ama con toda su alma y su corazón. Es la madre coraje que cualquier hijo quisiera tener, por la cual David es quién es y hace lo que hace. Siempre tiene esa sonrisa pintada en su cara y aunque a veces se le borrara por muchas razones, su hijo estaba junto a ella para que volviera a sonreír, ya que, según ella, él es su única y mejor responsabilidad en la vida. David es muy consciente de lo que piensa su madre antes de dormir cada día, es decir: “¿cómo ayudaré a mi hijo a cumplir sus expectativas de futuro?”, pregunta para la cual él tiene la respuesta: simplemente vive y nunca te vayas.

Así acaba este resumen de la vida del niño que nació el día 30 de diciembre de 1993. Por cierto, se me había olvidado decir que ese niño soy yo.

Bueno familia… No sabría qué sería de mi vida si ustedes no existieran. Somos una unión inquebrantable, somos uno y debemos de estar orgullosos de seguir todos en este mundo y de haber vivido todo lo que hemos vivido juntos. Simplemente deseo dar las gracias por todo lo que hacen y por hacernos brillar con luz propia cada día.

Dedicado a: Cefe, Román, Nuria, Iván, Leticia, Edu, Ricky, Marcos, Jimena, Juanjo, Trina y Ely

He recibido de la vida el regalo más bello, mi familia, lo demás no tiene importancia

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