Infinito

Y aquí es donde me encuentro, donde hace poco tiempo soñaba con la persona que algún día me haría feliz, donde reposan todos mis deseos y mis ganas de vivir. Todo se ha derrumbado ya y sólo me quedan las ganas enterradas en lo más profundo de mi ser, de mi persona, unas ganas tremendas entremezcladas con la resaca del amor y del alcohol.
Pudimos tener todo, el mejor tiempo de nuestras vidas, pero lo asesinamos como si nada nos importara aunque para mí, sin duda, era lo necesario, lo que llevaba esperando desde hacía ya una eternidad: confesar todo lo que sentí y lo que siento.
Los sentimientos no son más que productos de nuestros sentidos, es cierto, y es que a tu lado todos mis sentidos se activan, siempre con un amargo final, sin sonrisas, sólo lágrimas que saldrán otro día que vuelva a explotar. Es demasiado tiempo matándome lentamente, siendo víctima del peor mazoquismo que un ser humano pueda soportar, llorando sólo cuando no me ha quedado de otra y no cuando lo he necesitado, enamorado hasta las trancas, preocupándome única y exclusivamente por los demás, olvidándome, oyendo la lluvia caer y deseando tener la existencia de una de esas gotas de agua, fugaz e infinita a su vez.